Cien vidas por la que tomasteis. Una vida por
cada amanecer.
En una tierra regida
por un monstruoso califa, cada nuevo amanecer rompe el corazón de una familia.
Día tras día, el rey contrae matrimonio con una joven que al alba es ejecutada.
Si
falláis una sola vez, os arrebataré vuestros sueños, os arrebataré vuestra
ciudad. Y os arrebataré estas vidas multiplicadas por mil.
Por eso es un misterio
cuando una desconocida se presenta voluntaria para casarse con él. Esa misma
noche, ella empieza a contarle una historia.
Yo no
estoy aquí para luchar. Estoy para ganar.
Y por primera vez, la
aurora no llega teñida de rojo.
Os
juro que viviré para ver todos los atardeceres posibles. Y que os mataré.
Con mis propias manos.
Tengo amigas que me obligan a leer libros, bien sea a través
del chantaje, valiéndose de armas infalibles como café y chocolate, bien sea a
través de la orden y el puñetazo en la mesa. Son adorables, aunque no lo
parezcan. El ejemplar que leí de "La ira y el amanecer" acabó en mi
bolso después de que uno de estos seres hurgara en él y lo dejara ahí. Las
órdenes llegaron después. Léelo. Y cállate. A sus órdenes, mi capitana. Pero ya
os digo que ahora tengo mi propio ejemplar...
"La ira y el amanecer" nace con intención de ser
un retelling, moderno y juvenil, de
"Las mil y una noches". Pero se queda en la intención, ya que una vez
mediada la novela, los acontecimientos viran y el argumento de la novela se
aleja cada vez más del clásico recopilado por el cuentacuentos Abu Abd-Allah.
Supongo que es necesario aclarar, en este punto, la predilección que tenemos en
casa por el original. No soy yo la culpable esta vez, sino mi santo esposo, que
lo leyó muy jovencito y que ha ido acumulando distintas ediciones a lo largo de
los años. Así que inevitablemente, mi predisposición era muy buena.
En ese sentido, pues, me ha fallado la novela de Renee
Ahdieh. Porque como os decía, abandona pronto la premisa inicial y la historia
de Sherezade se va por la vía de lo romántico, olvidándose de las historias que
cada noche ha de contar al califa si quiere amanecer con vida. Aún así, la
autora introduce un elemento de intriga que, conmigo al menos, ha funcionado a
la perfección. Confieso que devoré las páginas queriendo saber más del pasado
de Jalid. Y que poco a poco, me fui prendando del personaje.
La intriga está bien dosificada y los personajes construidos con tino, convirtiendo a Sherezade en una heroína rebelde, fuerte y con carácter, que va a ensombrecer al mismísimo rey de Jorasán, el malvado califa que poco a poco se irá revelando ante nuestros ojos como un ser muy distinto al que esperábamos.
Lo bonito de tener amigas que leen es que, de no ser por ellas, uno no llegaría a ciertos libros jamás. Y yo me habría perdido una novela entretenida, amable, que regala unas horas de pura evasión y que te deja con el romántico subido para toda la semana (esto ya me lo advirtieron y no me lo creí, me gusta hacerme la dura pero es todo fachada). Sé que muchos de los que comentáis aquí habitualmente me diréis que esta novela no es para vosotros. Y probablemente así sea. Pero si os tienta aunque sólo sea un poquito, adelante.