Raquel se dispone a acudir a una cita de compañeros de
promoción organizada por su amiga Lourdes después de 25 años, aunque en el
fondo siente que no debería ir; una parte del pasado, que no la ha dejado vivir
en paz, podría estar esperándola en el hotel donde tendrá lugar la
celebración.
Ansía ese encuentro tanto como lo teme. Porque aquello de lo que ha estado alimentándose a lo largo de su vida podría dejar de ser real. O atraparla para siempre.
Unas veces, no podemos huir del pasado. Otras, no deseamos escapar de él.
«Un café a las seis» es una historia intensa, emotiva, reflexiva, visceral. Una historia escrita con el corazón. De las que te hacen sentir.
Raquel es una más de tantas. Un poco de tu madre, o de mi
hermana o de nuestra vecina del primero. Una mujer que es invisible hasta que
alguien necesita una camiseta limpia o un bocadillo para llevar. A Raquel la
asfixia la rutina del día a día, pero apenas es consciente de ello. Se ha
olvidado de que tiene unos vaqueros ceñidos en el armario que le quedan de puta
madre, de que el sexo no es una coreografía ensayada y repetida hasta el
hartazgo y de que una vez se enamoró como una cría. A todo eso lo sepultó el
paso del tiempo, otra vida que eligió ella, sin más coacciones que la
ignorancia. Un paso mal dado al que le sigue otro, y otro más. No penséis que
Raquel es infeliz. Tiene dos hijos por los que daría la vida, una relación de
pareja cómoda, un trabajo y amigos. Pero no está llena.
Pilar Muñoz vuelve a poner al frente de su historia a un
personaje aparentemente anodino, una mujer más, y nos invita a escarbar en sus
recovecos, en su verdadera complejidad. A través de la narración en primer
persona, somos testigos de excepción de sus miedos y sus esperanzas. Porque ese
reencuentro va a servir para obligarla a mirar atrás y volver a ver cada
instante en que claudicó, cada elección hecha dando prioridad a otros, sin
querer anteponer lo que ella deseaba realmente. Una revisión de errores que la
han llevado hasta el lugar donde está.
¿Qué he estado haciendo
yo? Toda la vida esperando sin saber a qué, [...] dejando transcurrir el
tiempo, lamentándome por lo que perdí, quitándome la frustración a guantazos.
deseando tal vez que un rayo cayera del cielo y partiera mi mundo en dos para
volver a empezar, porque yo sola no tenía las agallas de hacerlo. He sido una
cobarde de mierda. Ahora lo sé. El temor a lo que pudiera venir fuera peor que
lo que dejaba me ha tenido atada y amordazada durante años. A medio vivir. Y
hay veces en que hay que dejarse morir para poder optar luego a vivir con
plenitud.
Siempre me ha gustado el modo en que Pilar Muñoz retrata a
sus personajes femeninos, mujeres fuertes y valientes escondidas tras la
fachada de lo cotidiano, mujeres que han cometido errores pero que tienen el
valor de sobreponerse a ellos y seguir mirando hacia adelante. A Raquel le
cuesta un mundo digerir los suyos, y al final, ese reencuentro con ese amor de
la juventud no es más que un detonante, la chispa necesaria para que todo su
mundo salte por los aires.
Y siempre me ha gustado, sobre todo, su forma de contarlo.
Esa intimidad que sabe crear con sus lectores, una conexión que apela a lo
emocional, valiéndose de los sentimientos como vehículo para contar una
historia, un lenguaje que todos entendemos.
Quizá no me ha gustado tanto algo que ocurre en la última
parte del libro, que sirve como una especie de justificante ajeno para las
decisiones que toma Raquel. No puedo ir más allá sin desvelar algo que no
debiera, pero sí os cuento que habría preferido que ocurriese de otro modo,
aunque quizá eso hiciera que Raquel no saliese tan bien parada. Sobre el final,
aún estoy decidiendo si me dejo llevar por mi parte racional o me lío la manta
a la cabeza y gana el pulso mi yo emocional, el que se decanta por creer en el
azar y el destino.
He disfrutado, como ya lo hice con las anteriores, la nueva
novela de Pilar Muñoz. Me ha encantado perderme en la vorágine emocional en que
se ve inmersa Raquel, volver con ella a los años de la juventud y la
universidad, pensar en cómo las pequeñas decisiones que vamos tomando nos
conduce por caminos a los que nunca esperamos llegar. Una historia bonita y
bien contada, apta para casi cualquier lector.
Me encanta esa forma tan "tuya" de reseñar. Este libro despertaba mí curiosidad. A mí también me gustan mucho los personajes que crea la autora, tan sencillos u tan creíbles. Me la llevo.
ResponderEliminarBesos
Estuve en la presentación que hizo Pilar en nuestra ciudad, el lugar donde ella ha querido ambientar esta nueva novela y lo pasamos genial. Ella es una gran escritora, con una prosa dulce e intimista. Besos
ResponderEliminarCon este no me animo y eso que leí "Los colores de una vida gris" y me gustó muchísimo pero este no me atrae nada.
ResponderEliminarUn beso
No he leído nada de la autora, pero no me importaría hacerlo y creo que esta novela sería la ideal, apuntada queda.
ResponderEliminarBesos
Hola Mara,
ResponderEliminarNo he leído nada de Pilar y creo que de momento no me voy a animar más que nada porque tengo demasiado pendiente y esta novela no me llama especialmente.
Un beso
No termina de convencerme esta historia y con el atasco que llevo prefiero dejarlo pasar.
ResponderEliminarUn beso ;)
Estáis hablando maravillas de este libro, y salvo ese "perillo" que comentas sobre el final, la verdad es que tiene muy buena pinta. Habrá que tenerlo en cuenta por si se presenta la ocasión de leerlo.
ResponderEliminarMara, por cierto, mil gracias de corazón por todas las cosas bonitas que nos dices. Nos sacas los colores que da gusto :*
¡Besote enorme!
Pues sí, tienes razón, trasmite la sensación de que Raquel podría ser cualquiera porque Pilar Muñoz Alamo tiene la habilidad de saber trasmitir muy bien pensamientos y sentimientos muy universales: la inseguridad por las decisiones tomadas en el pasado, las crisis personales, la incertidumbre por la educación de nuestros hijos, etc. Y, claro, siempre narrada con la estupenda prosa y el estilazo que acostumbra Pilar ;-) Besos.
ResponderEliminarYa sabes que no soy mucho de sentimientos, pero algo me llama de esta novela, no se ya veré que hago. Besos
ResponderEliminarNo me termina de convencer. Aunque me gusta la premisa y el fondo, me da que el final un poquito tramposo, no es para mí.
ResponderEliminarBesos
A la autora no la conozco pero me parece que te tengo la suficiente confianza para no pasar de largo y decirte que tomaré la recomendación, en cuanto leí tu reseña me acordé de un libro que me encanta que se llama Muchas gracias, señor Tchaikowsky, de Mónica Brozon, una historia de una mujer perdida que ni va aquí, ni allá que vive casi por costumbre, sólo que ese librito tiene chistes cada página, sigue siendo hermoso, jaja.
ResponderEliminarNos seguimos leyendo, muchas gracias. ;)
No he leído nada de ella... pero no sé no me termina de llamar.
ResponderEliminarUn besazo
Pues tiene pinta de ser una de esas historias que me gustan, además por la forma en la que describes a sus protagonistas seguro que me encantaría...ese es el tipo de mujer que me gusta encontrar en este tipo de novelas.
ResponderEliminarBesitos
También me gusta mucho el modo en que la autora perfila a sus personajes femeninos y su manera de contar las historias. Este libro lo disfruté mucho también.
ResponderEliminarBesotes!!!
Acabaré leyendolo porque lo tengo en el ipad y es cortito para esos momentos de viaje en tren eternos que hacemos los extremeños.
ResponderEliminarBs.
Yo lo que le he leído me ha gustado, así que seguramente repita. Un besote!
ResponderEliminarEs la segunda reseña que leo hoy del libro, y cada vez me tienta más. Es una trama aparentemente sencilla a la vez que interesante que estoy seguro me encantaría leer.
ResponderEliminarUn beso ;)