Este libro es un homenaje a las alas que dirigen tu vuelo hasta donde sólo se escucha el grito de la libertad, de la mujer libre.
Desde Madrid al cielo, únicamente pasando por el quinto piso de la calle en la que dijimos nuestro primer "Siempre" en formato poema.
Nunca supe cómo despedirme y ahora he encontrado la manera: mirando al cielo, sabiendo que nunca más volveré a verte volar, pero sonriendo porque sé que estás por ahí, pareciéndote al sol, siendo mi luz.
“Con tal de verte volar” es la historia de su propio autor, Miguel Gane, pero podría ser también la de cualquiera de nosotros. Este es uno de ésos relatos con capacidad para llegar a todos, en cualquier parte, porque habla de algo tan universal como el amor, la pérdida, y sobre todo, de la resignación final a ver volar al otro mientras tú te quedas en tierra firme.
No es casual, claro, que Gane abra su poemario con los
versos de “Un hombre sencillo”, que no es ni más ni menos que el punto de
partida de su historia, la del niño rumano que dejó su tierra para venir a
España, y que un día empezó a juntar letras y a escribir poemas. Y que aquí se
enamoró, y perdió la partida.
"Escribo este libro
porque no sé fabricar bombas nucleares
y, después de todo,
algo tendré que lanzarte".
A partir de ese inicio, se alternan poemas más o menos
ortodoxos con otros que, en mi ignorancia, me atrevo a calificar como prosa
poética, ya que no se estructuran en forma de versos, pero mantienen la esencia
del género. No voy a entrar a valorar ni unos ni otros, porque carezco de los
conocimientos, la formación o el bagaje necesarios para hacerlo, pero es que
aquí, en realidad, poco importan las formas, las figuras estilísticas, los
recursos poéticos. Aquí lo que vale es lo que despierta en ti al leer.
Nos invita también el autor, al revivir su propia historia,
a visitar los lugares en los que él estuvo, y aquí se erige Madrid como una
protagonista más de su relato; a ver las películas que ellos vieron juntos, a
escuchar las canciones que ambientaron su romance. Recrea un lugar y una época a través de
ellos, dotándola de un contexto que es familiar también para la mayoría de los
que se decidirán a acercarse a sus letras. Tirando a veces de un lenguaje
explícito, inesperado en este contexto, que logra sin embargo que todo suene a
verdad.
La historia de amor que aquí se narra la hemos vivido todos,
probablemente desde uno a otro lado, siendo a veces el que vuela lejos y otras
el que se queda mirando desde el suelo. Y esa es su mayor virtud: la voz de
Gane suena brutalmente honesta, real y comprensible. Y contiene, además, la
capacidad de activar en nosotros ese resorte íntimo e invisible para traernos
de vuelta nuestras propias historias.