A veces el alcohol hace extraños compañeros de cama. Unas
copas de vino y una cena tediosa y larga fueron los culpables de que acabase
entre las sábanas con un título como el que hoy os traigo. Muchos ya sabéis que
no frecuento demasiado el género rosa. Soy muy incrédula para estas cosas
y creo que me falta un poquito de romanticismo. Cuando lo he intentado, el resultado
ha sido el mismo que al intentar comer merengue. He terminado empachada y
jurando no volver a hacerlo. Pero aún así, esta vez caí. Llegué a casa a altas
horas, sin frío ni sed en este cuerpo mío y un poquito enfadada con el mundo en
general. Así que abrí mi kindle y me dispuse a tomarme la última en el sofá
mientras navegaba por la librería virtual. Entre las ofertas del día vi
aparecer un título muy sugerente, "Déjame saber quién eres". Me dejé
llevar por las estrellitas, le di a la tecla de comprar, me acomodé y...
Las letras me entraban con la misma facilidad que el vino.
Así como os lo cuento. Me ventilé la primera mitad de una sentada y además me
enteré de todo, que tiene mérito dado mi estado de agitación mental en aquellos
momentos. Me dormí abrazada al lector, imbuida por el espíritu del amor
verdadero e intrigada por un vestido de novia sin dueña y unas cartas sin
remite llenas de palabras bonitas. Y a pesar de la resaca, desperté con ganas
de seguir conociendo a Étienne, ése músico guapo, con su coleta despeinada (lo
que me gusta a mí un chico con coleta) y su aire despreocupado y encantador. Oh
sí, quería saber más. Me importó medio pimiento que la novela cumpliese a
rajatabla con los clichés del género: la chica que no quiere saber nada del
amor, el chico encantador que la obliga a correr bajo la nieve, guitarras, música
y fuegos artificiales.
Estefanía Yepes, a la que no había tenido el gusto de leer
antes, muestra una prosa solvente y sencilla, ciertamente prometedora aunque
con algunos aspectos a pulir. Y es que me exasperaban un poco las descripciones
de la ropa de Brianna, la protagonista, y las continuas referencias a las
habilidades de nuestra chica combinando bolso y zapatos. También hay algún
error ortográfico y gramatical, aunque he de decir que me han parecido menos de
los que se suelen encontrar en muchas novelas autoeditadas. Con un repaso en
ambos aspectos, nos quedaría una novela agradable, ligera y bien escrita con la
que pasar un buen rato.
Al final "Déjame ser quién eres" resultó ser un
caramelo, ya sabéis lo que eso implica. Amable, azucarado, quizá un pelín
empalagoso en los últimos coletazos, pero que a veces, apetece. Que a nadie le
amarga un dulce, ya lo dice el refrán.
Creo que si lo empezase me pasaría lo mismo, no suelo leer este tipo de libros pero si pruebo siempre me acabo enganchando a la trama así que nunca se sabe, quizás en algún momento me anime
ResponderEliminarBesos
Yo tampoco soy mucho de novelas románticas, me empalagan. No suelen quedar en mi recuerdo (una de las pocas que me dejaron buen sabor de boca y que siempre recomiendo es "Posdata te amo")
ResponderEliminarIgual a Estefanía Yepes tendría que darle una oportunidad.
Saludos
Yo es que no soy mucho de novela rosa, no va con mi personalidad. Pero me encnata como has descrito tu relación con este libro. Si al final se te pasó el cabreo con el mundo, entonces te ayudó.
ResponderEliminarSi yo me acuesto con la Kindle en la cama, acaba rota seguro. Con loq ue me muevo!
Me gusta leer una buena novela romántica pero esta que reseñas no me atrae mucho. Besos.
ResponderEliminarAy, qué graciosa con ese "soy muy incrédula para estas cosas". Mujer, pues como cuando leemos libros de magia y hadas, no? jajajajaja!!! Cada lectura, si es buena, tiene su momento. Yo tampoco frecuento el género, pero a veces viene bien un caramelito, como tú dices. Siempre que esté bien escrito, claro. Bss
ResponderEliminarAunque me tienta, sólo por el hecho de que te haya gustado sin ser muy dada al género, tengo tanto por leer que la voy a descartar.
ResponderEliminarUn beso
Mara, a pesar de todo ni me lo llevo, ni voy a volver a comer merengue. Y oye, muy bueno el comienzo de la reseña, que ya andaba pensando yo "otra con un verano turbulento" jajajaja.
ResponderEliminarBesotes
Aunque me has sacado la sonrisa con tu reseña, esta vez no me llevo el libro, que no es un género que frecuente mucho y en esta ocasión no me atrae mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
La verdad es que la portada es preciosa. Creo que me lo voy a apuntar por si acaso cae en mis manos. Un besazo!
ResponderEliminarA mi es que eso de azucarado en exceso me da como miedo. La reseña me ha encantado, pero el libro me lo tengo que pensar
ResponderEliminarUna cuida no ser lectora diabética
Besos
Toco muy poco el género porque como a tí el riesgo de terminar empachada es alto.
ResponderEliminar¡Hola! A mi me gustó mucho esta novela de Estefanía.
ResponderEliminar1beso
Sí, justo pensaba en uno de esos caramelos lectores mientras comenzaba a leerte.
ResponderEliminarYo es que debo ser más de salado, jajaja. Aunque entiendo que una dósis de azúcar de vez en cuando apetece. Con esta creo que no me animaré, se queda lejos de mis géneros recurridos y yo, con lo rosa, soy de empacho fácil :P
Un besote!
Ahora mismo no me apetecen postres, pero para cuando quiera dulce, ya sé donde acudir. 1beso!
ResponderEliminarPues fíjate que no soy mucho de estas lecturas... pero lo mismo si se me cruza me lo pienso =)
ResponderEliminarBesotes
Lo que hacen unas copas de vino (y ya si además hay cena tediosa por medio ni te cuento). El género rosa no me atrae mucho, más bien nada, lo que no quiere decir que haya cosas dentro de este género que me puedan gustar, como parece este libro... Lo anoto así en letra pequeña, por cómo ha llegado a ti, por cómo te ha gustado, pero hay tanto que leer...
ResponderEliminarUn abrazo
Lo leí hace unos meses cuando se publicó gracias a la autora y me gustó mucho. Etienne como protagonista masculino me encantó.
ResponderEliminarUn beso!