Cerré la última página de
“Últimas tardes con Teresa” embargada por ése intenso vacío que muchos lectores
habituales conoceréis. Esa sensación de plenitud, casi negra, como de luto, que
te deja una lectura que te ha llenado literaria y sentimentalmente. Cuesta
despedirse de ella y tienen que pasar unos días hasta que uno puede centrarse
en otra historia, en otra prosa. Nunca antes había leído a Marsé, que me sonaba
a autor denso y a lectura obligada de instituto (qué falta de sensibilidad y de
amor, obligar a leer esta novela). Pero unas cuantas voces de ésas a las que
suelo atender me lo recomendaron y decidí probar con sus letras. En buena hora.
“Últimas tardes con Teresa”
es un retrato, poderoso y satírico, de la Barcelona de los años cincuenta, una
época de convulsa vida estudiantil en la que las señoritas pijas jugaban al
comunismo y las gentes que habitaban el Monte Carmelo andaban demasiado ocupados
en subsistir como para andar preocupándose de los derechos del proletariado.
Los universitarios agitaban panfletos y leían a Balzac a la luz del día y
sucumbían a la música de verbena y la ginebra al calor de la noche, mezclados
con los de su misma especie, cada cual en su lugar.
El dibujo que Juan Marsé
hace de sus personajes es prodigioso y calculado. Desde ése Manolo, cabrón de
manual, de mal temple, algo rudo, casi violento, en constante pataleo para
salir del barro de la clase obrera, encandilado por la luz de niña pija que
emana Teresa. Teresita Serrat, niña bien, irremediablemente encaprichada del
morbo del pobre. Y Maruja, la criada, sumisa y humilde como manda su posición.
Más allá del retrato social y político, de la sátira escondida tras los rostros
de sus protagonistas, “Últimas tardes con Teresa” es una historia de amor
errado, condenado desde el principio, tan imposible como inevitable, surgido de
las entrañas de dos seres que se necesitan más allá de los convencionalismos.
La prosa de Juan Marsé
resulta hermosísima, cuidada, mimada, plagada de metáforas y símiles acertados
e imposibles. A ratos bella y poética, a ratos descarnada y amarga. Excesiva si
queréis. Marsé recrea, como pocas veces he tenido la fortuna de leer, el deseo,
el abandono y la muerte. Su narrativa te envuelve, te posee con la misma
necesidad que se ansían el Pijoaparte y Teresa. Incluso en ciertos pasajes se
muestra dolorosa, afilada como un aguijón, desoladora y desolada.
La leí hace unos años y aunque me costó terminarla (este autor no me convence mucho) sí guardo un buen recuerdo de ella. Sobre todo del personaje de Maruja. Besos
ResponderEliminarMe encanta leer a Juan Marsé, creo que es uno de los grandes vivos de la literatura española, sin duda. Pero reconozco que no siempre conecto con sus historias, como me ocurrió con "Rabos de lagartija" (una novela magnífica con una narración que envuelve y que suspira). No es el caso de "Últimas tardes con Teresa", que lo tiene todo, al menos, para mí. Qué difícil lo tienes ahora para elegir lectura después de este hombre :-)
ResponderEliminarSe nota que te ha encantado en cada palabra de tu entrada! :-) Pero yo, al menos por el momento, no creo que le vaya a dar una oportunidad.
ResponderEliminarBesos!
Parece interesante pero lo dejare pasar. Un beso
ResponderEliminarPues es un autor que nunca me había planteado leer pero después de leerte es difícil resistirse ante tu entusiasmo, intentaré buscarle hueco
ResponderEliminarBesos
Que bonita reseña Mara! ;) Yo también entiendo a Marsé como "demasiado para mí". Pero viendo tu reseña me has conquistado totalmente, apuntado queda ;)
ResponderEliminarBesos
Oye, pues yo tampoco me he estrenado aún con Marsé pero no tiene mala pinta esta novela para hacerlo. No sé si encajaría del todo conmigo, porque me pierdo a veces en la prosa cuando es recargada y algo excesiva como dices, así de raruno que es uno. Pero me gusta el marco y además, ya puestos a bucear en el amor, siempre prefiero las historias que parten de esos amores condenados y casi imposibles. Siempre me terminan resultando un punto más creíbles.
ResponderEliminarUn besote!
Me alegro mucho de que te haya gustado, hace demasiado tiempo que lo leí y no recuerdo bien la historia, pero si el sentir las mismas sensaciones que tú al leerlo.
ResponderEliminarUn beso
Ay Mara !!! No sé qué hago "blogueando" en lugar de ponerme ya con el libro !! Gracias por la reseña- Besos.
ResponderEliminarIntenté leerla una vez y la tuve que dejar. Me haces que me lo replantee.
ResponderEliminarUna novela que requiere cierto grado de madurez, como bien dices. Yo intenté leerla en la universidad y me venció. Tendré que volver a intentarlo.
ResponderEliminarbesos
Una preciosa reseña para un gran libro. Lo leí hace años y me encantó. Es de esas novelas que me gustaría releer.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ostras Mara creo que me gustará, así que lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn beso.
Qué bien describes esa sensación lectora al terminar algunos libros. Este lo leí hace mucho y tengo un buen recuerdo, no me importaría releerlo, puede ser buen momento (si no fuera por esa lista de pendientes amenazante sobre mi cabeza). Creo que como lectora estoy madura para volver a leerlo... ¿no? ;)
ResponderEliminarUn abrazo
Una muy muy buena novela de un autor imprescindible. Haces bien en avisar que es un título exigente, a mi me duró más de lo normal por ese motivo
ResponderEliminarBesos
Solo he leído un libro de este autor, que no estuvo mal pero no me dejó con ganas de continuar leyendo su obra.
ResponderEliminarBesos.
Lo leí por recomendación de mi hermano sin mucha pretensiones y me gustó muchísimo!! Los personajes están tan bien retratados y la historia tan bien contada que merece la pena leerlo ya!
ResponderEliminarBesos!!
No sé por qué no me llama la obra de Marsé, y eso que no tengo muchas referencias... No tengo ahora el ánimo para novelas exigentes, pero quizás más adelante me anime con ella. 1beso!
ResponderEliminarVaya reseñón Mara!!! Me lo llevo apuntadísimo, gracias.
ResponderEliminarBesos
Me gustaría leerlo desde hace tiempo, a ver cuándo cae =)
ResponderEliminarBesotes
Uff, vaya reseña!!! Mira que a mi este autor hasta no me cae muy bien, jajaja y creo que no es por nada, sino porque siempre me han dicho que era "ilegible" y a mi me daba rabia. Después de leerte, creo que me animaré con él. No se cuando pero ya no tengo excusa :)
ResponderEliminarBs.