Después de encontrar a su madre muerta en misteriosas
circunstancias, Delphine de Vigan se convierte en una sagaz detective dispuesta
a reconstruir la vida de la desaparecida. Los cientos de fotografías tomadas
durante años, la crónica del abuelo de Delphine, registrada en cintas de
casete, las vacaciones de la familia filmadas en súper ocho o las
conversaciones mantenidas por la escritora con sus hermanos son los materiales
de los que se nutre la memoria.
Nos hallamos ante una espléndida y
sobrecogedora crónica familiar, pero también ante una reflexión sobre la
«verdad» de la escritura, porque son muchas las versiones de una misma historia
y narrar implica elegir una de esas versiones y una manera de contarla. Y esta
elección a veces es dolorosa, porque en el viaje de la cronista al pasado de su
familia irán aflorando los secretos más oscuros.
Me he enfrentado muy pocas veces, a
lo largo de mi vida, a una lectura como la que propone Delphine De Vigan en
“Nada se opone a la noche”. En todos los sentidos. La autora francesa, en un
ejercicio de brutal honestidad, nos invita a recorrer la historia de su madre,
y con ella, la de su familia. Aquí, Lucile es la absoluta protagonista y todo
gira en torno a ella. Con exquisita discreción, De Vigan trata de reservarse un
papel secundario en la narración, a sabiendas de que es un reto imposible.
Reconstruir a una madre, regalarle en sus propias palabras “un ataúd de papel, el más hermoso de todos”, y hacerlo con cierto
desapego, sin implicarse demasiado. Es obvio que no lo logra, por suerte para
sus lectores.
“Hoy sé el estado de tensión particular en el que me hunde
esta escritura, lo mucho que me cuestiona, me perturba, me agota, en una
palabra, me cuesta en el sentido físico del término. Posiblemente tenía ganas
de rendir homenaje a Lucile, regalarle un ataúd de papel – pues me parece el
más hermoso de todos - y el destino de
un personaje. Pero también sé que a través de la escritura busco el origen de
su sufrimiento…”
Porque bajo el retrato de Lucile,
de su niñez plagada de pérdidas y su madurez forzada, bajo la enfermedad
mental, las pastillas, el miedo… bajo todo ello, subyacen los sentimientos de
una hija que se desangra emocionalmente mientras escribe. Que busca no sólo el
origen del sufrimiento de su madre, sino también del suyo propio. Que necesita
sobreponerse a la pérdida de una madre cuya ausencia se arrastra desde mucho
antes de morir.
“Lucile se convirtió en esa mujer frágil, de belleza
singular, divertida, silenciosa, a menudo subversiva […]; esa mujer fracturada,
herida, humillada, que perdió todo en un día y estuvo varias veces en un
hospital psiquiátrico, esa mujer inconsolable, culpable a perpetuidad,
encerrada en su soledad.”
La prosa de De Vigan me ha parecido
magnífica. En ocasiones me paraba para releer párrafos enteros una vez y otra,
por puro placer lector. Al final esta ha sido una de ésas novelas que acaban
plagadas de post-it, subrayados, colores, anotaciones al margen. Sólo maltrato de
esa forma los libros que adoro. Lo dicho, la francesa exhibe un dominio del
lenguaje que da lugar a una narrativa exquisita, llena de matices, riquísima,
elegante, dolorosa. De Vigan elige las palabras con estudiada naturalidad,
cataloga emociones, disecciona instantes con precisión quirúrgica. Pero sin
anestesia, a tumba abierta.
“Mi familia encarna lo
más ruidoso de la alegría, lo más espectacular, el eco infatigable de los
muertos, y la sonoridad del desastre. Ahora sé que ilustra, como tantas otras
familias, el poder de destrucción del Verbo y el del silencio.
No es este un libro que me
atrevería a recomendar a nadie. Su lectura te altera el estado de ánimo, te
toca emocionalmente y es casi imposible salir entero de ella. La prosa de la
francesa es magnífica pero no es cómoda ni apta para cualquier momento. No es
un libro para llevar en el bolso y leer en el autobús, sino de ésos con los que
arrebujarse en la intimidad y dejarse mecer por él.
“Escribo este libro porque hoy tengo fuerzas para detenerme
sobre lo que me atraviesa y a veces me invade, porque quiero saber lo que
transmito, porque quiero dejar de tener miedo de que nos pase algo como si
viviésemos bajo una maldición, poder aprovechar mi suerte, mi energía, mi
alegría, sin pensar que algo terrible nos va a destrozar y que el dolor,
siempre, nos esperará entre las sombras.
Tengo gana de leer este libro. Me da un poco de medido a la vez así que intentaré encontrarle su momento
ResponderEliminarLo he comprado estas navidades y tengo muchas ganas de leerlo, lo voy relegando por otras lecturas que me han llegado, pero espero leerlo pronto.
ResponderEliminarUn beso
Esta novela merece el momento adecuado para su lectura, por eso yo aun no lo he encontrado. No estoy preparada para que un libro me altere tanto el ánimo. Besos
ResponderEliminarLo tengo por leer, a ver cuando puedo ponerme con él y disfruto tanto como tú de su lectura.
ResponderEliminarUn beso
Ya había leído otra reseña muy positiva de este libro, y tengo muy buenas referencias de la escritora, así que debería leer algo suyo ya. Me lo apunto sin duda.
ResponderEliminar¡Besos!
Pues me llama muchísimo la atención y además se te nota que lo has disfrutado un montón. Qué poquitos autores nos invitan a releer párrafos por puro disfrute... por lo que veo hay que ponerse con él con el ánimo adecuado, pero lo apunto para cuando surja ese momento.
ResponderEliminar¡Besote!
Completamente de acuerdo, no es apto para todos los lectores. Hace meses que lo leí y aún no he sido capaz de escribir la reseña; la tuya me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso
Mara, qué reseña más buena!!! El libro me dejó con esas sensaciones que describes. Quieres retener párrafos, necesitas oxígeno por momentos y a la vez, qué bien escribe de Vigan. Me falta por leer días sin hambre. Estoy segura que volveré a disfrutar como en pocas ocasiones.
ResponderEliminarBesos
Ésta es una de esas lecturas que duelen, a mí al menos me dolió profundamente. Dices bien, no se sale entero de ella, yo no me la sacaba de la cabeza y del alma, o de lo que sea que tengamos por ahí, de ninguna forma. No podía ni comenzar otro libro. ¿Sabes la única pega que le pongo? Que con ella descubrí a esta autora de la que ya he leído todo lo que ha publicado y, a pesar de lo mucho que me han gustado todas las lectura, ninguna puede ni de lejos acercarse a Nada se opone a la noche.
ResponderEliminarBesos.
Pues me llama la atención, pero creo que este no es el mejor momento para leerlo
ResponderEliminarBesos
Nos leemos
Pd: te sigo que no lo hacía
Tan bello como doloroso. Tan oscuro como luminoso. Un libro que traspasa. Inolvidable.
ResponderEliminarBesos
Tengo un par de libros de la autora pendientes y será mi estreno. A ver cuando. Un beso ;)
ResponderEliminarUff pues por todo lo que dices creo que no sería un libro adecuado para mí. Un besote :)
ResponderEliminar¡Hola! Pues es una novela que tengo en mente desde hace tiempo, pero sé que es de esas que hay que leer con detenimiento, saboreándola. La terminaré leyendo, seguro
ResponderEliminarBesos
Uy, pues con tu apreciación final creo que con este no me atrevo, pero sí me gustaría leer Basado en hechos reales. Gracias por la reseña, Mara.
ResponderEliminarBesos.
"Es casi imposible salir entero de ella". Yo diría directamente que es imposible. La sinceridad y la brutalidad de De Vigan te interpela, te destroza, te desgarra y acabas el libro que no eres el mismo que eras.
ResponderEliminarBuena reseña :)
Lo de que altera el ánimo me hace echarme un poco para atrás la verdad, he leído algún libro últimamente que me a hecho pasarlo mal y de momento no me apetece mucho algo que vuelva a removerme.
ResponderEliminarBesos =)
Vaya, pues me dejas con mucha curiosidad, aun sin saber si es un libro idóneo para mí. Magnífica reseña.
ResponderEliminarUn beso ;)
Cachís, con la de tiempo que me paso yo últimamente entre buses... ;)
ResponderEliminarLa tengo "fichada" en realidad ya desde hace un tiempo, a veces uno es un poco lector masoquilla y le apetece una de estas píldoras de realidad, aunque abrumen y toquen un poco la fibra. Al final es lo que consiguen las novelas especiales. Y tengo curiosidad por ver ese cómo lo cuenta tambien está mujer.
Un besote, y gracias por re-recordármela ;)
No eres la primera que me recomienda esta novela, pero sigo sin animarme... Besos
ResponderEliminarFelicidades por tu reseña, se nota que has disfrutado con su lectura. Tomo buena nota de ella. Besos.
ResponderEliminar¡Holaaa!
ResponderEliminarNo sabia nada de este libro pero has conseguido llamarme la atención, me gusta^^
Besitoos
Valoro muy mucho iniciarme con la autora con este título, todos habláis maravillas de él
ResponderEliminarBesos
Lo tengo pendiente desde hace siglos. A ver si me pongo, porque sé que voy a coincidor con tus impresiones y con las que he leído en general. Un besote!
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarNo es un libro muy de mi estilo, pero gracias por la recomendación.
Bss.
Tenía muchas ganas de estrenarme con De Vigan y de hacerlo con este libro. En un club de lectura al que acudí propuse esta lectura... y salió ganadora... Así que en breve lo leeré. Sé que este libro es de los míos ;)
ResponderEliminarUn abrazo
"Días sin hambre" me impactó mucho. Pero me dejó con ganas de seguir leyendo a esta autora, porque sus historias no dejan indiferente.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues me llama un montón, no había visto ninguna reseña anteriormente. Acabo de encontrar tu blog viendo otras reseñas, me quedo por aquí.
ResponderEliminarBesos,
Bibiana de Madrid y libros.
Excelente reseña Mara para un libro excelente. Sin duda, una lectura de vida que no creo que olvide fácilmente.
ResponderEliminarBs.