«Te doy todo este
libro para que aparezcas», dice el protagonista. Se ha escapado, mantiene una
relación con el pasado, pero el pasado ya no está. La parte escondida del
iceberg es la reconstrucción amorosa de un ser excepcional. Un escritor perdido
en París; la ciudad le pesa, solo la necesita para encontrar los recuerdos,
como migas de pan, de aquello que fue. Para eso debe atravesar un invierno de
recuerdos. Se adentra en un territorio desconocido, devastado además por una
tormenta emocional, una ruptura que arrasó su paisaje interior hasta hacerlo
irreconocible.
Un inventario de mentiras que le contaron y de las verdades que no quiso aceptar. Este es un libro sobre la vida, a medio camino entre el recuerdo y la superación del dolor; habla de las risas, de las amistades, de la noche, los días… y de ese lado vacío de la cama que se queda para siempre ocupado de recuerdos. Un libro que nos revelará muchas cosas de nosotros mismos.
Será difícil escribir esta reseña, me temo. Tan difícil como
a mí me ha resultado la lectura de "La parte escondida del iceberg",
una novela que he leído en varios tiempos, que tiene demasiadas cosas que no me
han gustado, que directamente me estorbaban, pero que me ha provocado dolor en
algunas partes del cuerpo que están tan hondas que no sabría ni nombrarlas.
Esta es una de esas historias que a uno, como lector, le cuesta procesar y
digerir. Que nunca recomendaríamos leer a alguien. Y aquí estoy, a ver qué os
cuento.
"La parte escondida del iceberg" es, dice su
autor, una especie de alivio de luto. No esperéis una novela, ni una biografía
novelada como se podría intuir. Es más un exorcismo. Un sacarse de dentro el
dolor dándose cabezazos contra una pared. Y por mucho que esa pared esté
ubicada en el mismísimo alma de París, en la ciudad más bella del mundo, el
golpe seguirá doliendo. Màxim Huerta juega a desnudar su pérdida, y enlaza ese
dolor con el proceso creativo como herramienta para asumirla: "Aquel día comprendí nítidamente esa
sensación, por bufonesca que parezca, que resume bien toda esta novela, mezcla
de berrinche y de lápida."
El autor se revuelca en su dolor, en los errores y los
recuerdos, en los "y si...". Recorre de nuevo París, ahora sin
ninguna mano a la que aferrarse, y la ciudad parece ir cambiando de color bajo
el prisma de su estado de ánimo. Montparnasse, el Marais, La Jolie Bohème, los
cafés, las mujeres, los croissants... El empacho parisino fue, en mi caso,
inevitable.
"En mi cerebro apareció París. No el París de las postales,
apareció el París que visitamos juntos y que se quedó en la parte escondida del
iceberg a falta de fotos. Esa novela que lleva atrapa en mi garganta dese hace
tantos años y que surge a trozos en las que voy publicando. Ya no estoy en esas
escenas, estoy en esta."
Y, sin embargo, me quedo a seguir leyendo. A pesar del
exceso, a pesar del dolor, de las digresiones, de la vuelta al mismo lugar. Me
quedo porque me gusta cómo escribe Màxim Huerta, y me quedo porque yo estuve en
ese París, sin haber estado nunca. Me quedo porque más allá del berrinche y el
dolor, escribe un autor que sabe plasmar las emociones de una forma que yo
entiendo y siento. Y me quedo también por Anna Gavalda, Rosa Montero, Antonio
Muñoz Molina.. por todos esos autores a los que alude el escritor, que han
conformado su bagaje, que le han enseñado a crear, a escribir, a dibujar ésas
emociones. Y me quedo por las referencias a sus novelas anteriores, a cada uno
de los caminos que le llevaron a ellas.
"La novela es un territorio literario en el que reina la
imprecisión y la fantasía y en el que, como n la foto de Doisneau, todo puede
parecer verdad. Me imagino que esa ha sido una de las razones por las que me
hice escritor, contar mentiras desde niño para cambiar la realidad."
Hay un pasaje, uno inesperado, que no acababa de casar con
la historia que el autor me estaba contando, en el que retoma su infancia en
Utiel, las mujeres de su vida, que ya protagonizaron "La noche
soñada". Una escena que me conmovió hasta las lágrimas. Lo que no estaba
consiguiendo el protagonista, con todo su desamor, con todo su París, lo
consiguió el niño en el cementerio de Utiel.
Sé que mi reseña resulta caótica. Quizá porque así se me
antojó esta lectura. O porque me cuesta poner en orden tantas sensaciones,
porque no sería capaz de decir que me ha gustado, ni que no lo ha hecho, ni que
la leas ni que dejes de hacerlo. Quién soy yo. No es una novela fácil, ni
amable, ni ágil, ni divertida, ni bonita. No es ni de lejos lo mejor que ha
escrito el autor. Quizá valga solo para los muy devotos, o justo lo contrario,
para los que no lo son. Es, si tuviese que calificarlo de algún modo, un acto
de contrición, un autor lamiéndose las heridas a solas con el que lee. Una
invitación a una intimidad que intimida y abruma.
"Y todo eso que no cuento de ti constituye la parte sumergida de
mi iceberg. La que soy incapaz de asumir ni de visitar."
La empecé pero me pareció Tremendamente aburrida y no aguanté más de 50 páginas. Veo que tampoco te ha convencido del todo
ResponderEliminarHola, Mara, estoy de vuelta :-D
ResponderEliminarEn esta ocasión esta lectura no me motiva mucho, auqnue ya te lo imaginarás, no sólo por la historia sino porque dices que es una novela no recomendarías.
Besos.
Yo con este autor no congenio nada,las dos novelas que he leído de él me dejaron fría.
ResponderEliminarUn beso
No me llama la atención este autor y por lo que cuentas de ella, no creo que la lea.
ResponderEliminarBesos
No he leído nada de este autor porque no me llaman sus libros, y viendo tu opinión veo que voy bien encaminada.
ResponderEliminarBesos
Holaaa
ResponderEliminarNo me llama mucho pero aun no me he estrenado con el autor, me lo pensaré^^
Un besito
Aún no he leído nada de Maxim Huerta, pero la verdad es que me apetece porque leo cosas bastante positivas sobre él. Eso sí, creo que antes que este libro escogería otras de sus novelas, me llaman más la atención.
ResponderEliminar¡Besos!
Jo, me he quedado super fría. Me gusta mucho el estilo de Huerta, porque creo que profundiza muy bien en sentimientos, y aunque por ejemplo, "El susurro de la caracola" no me gustó nada, sí he leído otros títulos suyos que me gustan.
ResponderEliminarTenía muchísimas dudas con "el iceberg", no sé si recuerdas que te dije que quería leer también tu opinión. Y creo directamente que no es para mí, que me va a decepcionar, y no quiero atreverme a leerlo y quedarme con esa sensación, porque me chafaría otras posibles lecturas suyas.
Gracias por tu opinión.
Suerte con los retos ;)
Besosss
Yo leí Una tienda en París y me gustó tantos que compré todos los que había publicado; el siguiente que leí, y último hasta ahora, fue el anterior a este y no me gustó así que no compré este y no creo que lo haga en breve, prefiero leer los que tengo pendientes y decidir ya que tengo impresiones divididas sobre el autor.
ResponderEliminarUn beso
La verdad es que aunque creas que tu reseña ha sido caótica, en realidad no ha sido así, me parece que has hecho un fiel reflejo de lo que te ha provocado esta novela y me ha gustado mucho. No sé si me atreveré con ella...
ResponderEliminarUn besazo
No es un autor por el que sienta interés (hasta el momento), y por lo que cuentas veo que no me pierdo gran cosa.
ResponderEliminarUn beso ;)
Ni me convence el autor ni la historia, menos aún si están desgarradora como cuentas y que ni siquiera estás segura de haber disfrutado. Besos
ResponderEliminarLeí un libro de Maxim y me encantó, así que no descarto darle una oportunidad a este :)
ResponderEliminarHoy no me lo voy a llevar, Mara. No he leído a Maxim aún y creo que esta, por lo que cuentas no es su mejor novela ni tampoco sería mi mejor estreno. Pese a todo, veo que un poco o mucho también te ha gustado, jajaja. Un caos, como tú dices.
ResponderEliminarBesos
Pues hace tiempo ya leí "El susurro de la caracola" y aunque me gustó, no me entusiasmó...por eso no he vuelto él, y por eso creo que tampoco me animaré con esta lectura caótica ;)
ResponderEliminarBesitos
Yo tengo que confesar que la faceta pública de este autor me disuadía siempre de acercarme a sus novelas, pero un buen día me propuse dejar atrás mis prejuicios y leer su anterior novela. Pues bien, abandoné, la historia la verdad es que no estaba mal, pero la narración me resultaba tan impostada que sencillamente no podía.
ResponderEliminarBesos.
No he leído nada del autor y por lo que cuentas de este libro, si comienzo no creo que sea con éste. No me llama.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me apetecía mucho, pero tengo otros titulos del autor en la estantería y les daré prioridad, creo que dosis de luto ya he tenido bastante, y con lamerme mis heridas no necesito ningún acto de intimidad con ningún autor, eso hoy, que mañana como me gusta su estilo igual cambio de idea
ResponderEliminarUfff, pues me quedas en ese si pero no. No lo sé y si sé que no saldré corriendo a comprarla pero si la veo tampoco me resistiré porque a mi me gusta mucho este autor, me llega siempre hondo y me complica la vida cuando lo leo y a veces eso me apetece y otras no. De vez en cuando me gusta lo difícil, lo que se sale y me saca tanto como me gusta en otras ocasiones no agotarme y dejarme llevar.
ResponderEliminarBuena reseña!!! Tentadora, jajaja
Una reseña estupenda, Mara. A mí no me ha resultado tan caótica, al contrario. Cuando un libro nos transmite muchas cosas contradictorias es muy difícil expresarlas en palabras, y a mí me ha quedado cristalino lo que sentiste (y no sentiste) con el libro. Has hecho fácil lo difícil :)
ResponderEliminarHablando de Huerta, no he leído nada de este autor, y eso que tiene fans de los de releer sus novelas una y otra vez. A mí no termina de llamarme, aunque lo mismo un día doy el pistoletazo de salida y me gusta lo que me encuentro... no lo sé, pero no creo que empezase con este.
¡Besote!
No me atraen nada de nada este tipo de novelas así que la dejo pasar. Besos
ResponderEliminarAún no he leído a este autor, y parece que sí tiene algunas historias buenas, tal vez no la que comentas. Pero lo mismo sí leo algo suyo para ver que tal.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues a mí tu reseña, caótica o no, me sirve para confirmar lo que ya sospechaba: no soy lectora para este autor. Y me alegro, que hay demasiado libro pendiente por ahí.
ResponderEliminarUn abrazo
Mara, me parece una reflexión genial por parte tuya, y me figuro que este libro va de la reflexión en torno a la pérdida del autor junto con la catarsis de la escritura, no lo sé. Es genial que traigas estos libros al blog que no son del todo recomendaciones pero nos dejas ver cómo es tu reacción genuina. Un saludo. :)
ResponderEliminarQué buena entrada. Este libro me sorprendió muchísimo y la capacidad de metaliteratura del autor es impresionante
ResponderEliminarBesos
Vaya, pues no me planteaba leerlo y ahora has despertado mi curiosidad. Desde luego, tomo nota. Un besote!
ResponderEliminarEs un autor con el que no con genio demasiado.
ResponderEliminarUn beso ;)
No me lo llevo. Si a él le ha servido para sacar ese dolor o darle otra dimensión y gestionarlo pues fenomenal pero a mí no me lo tires encima, todo ese dolor que ahora mismo no puedo asumir. Me parece que me cansaría. Muchas veces, las reseñas se parecen al libro que leemos, pero no me ha parecido muy caótica, se entiende bien lo que quieres decir y las emociones que te ha despertado.
ResponderEliminarBesos