“El guardián invisible”
no fue una novela que me entusiasmara. Me gustó el intento de dotar a la
clásica novela negra de ése misticismo que impregna la trilogía de Dolores
Redondo. Me gustó el esfuerzo de crear unos personajes dotados de fuerza y
personalidad. Pero no me gustó el excesivo, en todos los sentidos, drama
familiar. Ni me pareció que todo encajase como debía. La trama del basajaun
parecía metida a martillazos y mi interés se diluía en la artesa de la harina.
Aún así, atisbé los
suficientes aspectos positivos y la curiosidad hizo el resto para que unos
meses después, terminara leyendo “Legado en los huesos”. Este segundo volumen
me pareció infinitamente mejor que el primero. El entramado mitológico estaba
mucho más cohesionado; el drama familiar, aunque estaba igualmente presente, me
resultó más llevadero, y los personajes, con sus virtudes y defectos, eran ya
de la familia.
Me atrevería a decir que
“Ofrenda a la tormenta” es aún mejor que los dos anteriores. Pero con un enorme
pero. Uno tan grande que me ha dejado una sensación extraña de insatisfacción.
Hablemos primero de lo
bonito. De lo mejor. La ambientación que Dolores Redondo ha ideado para su
historia consigue dotarla de un aura de frío y magia que cohesiona a la
perfección con lo que la autora nos está contando. A pesar de que puede llegar
a resultar un tanto repetitivo el hecho de que gran parte de los capítulos
empiecen con el parte meteorológico, al final la niebla y el frío se te meten
dentro. Nada sería igual si saliera el sol en Elizondo, o si no corrieran
violentadas las aguas del Baztán.
Los personajes se
mantienen coherentes con lo que hemos visto hasta ahora: Amaia y su arrojo, sus
neurosis, su constante malestar. James y su exasperante perfección. Jonan
Etxaide, el niño bonito de Dolores, de Amaia, de todos. Montes, hosco y
divertido; la tía Engrasi, Iriarte… Tras tres libros y más de mil páginas, se
les quiere sin remedio. Por insoportables que algunos de ellos puedan llegar a
ser.
El aspecto mitológico, al
contrario de lo que ocurría en “El guardián invisible” forma parte del
entramado de la novela. Sin aristas ni salientes. Inguma, el ser que roba el
aliento a los recién nacidos, es quizá el más terrible de los seres que hemos
conocido, pero también el más logrado.
El estilo de Dolores
Redondo también se ha refinado, se ha vuelto más pulcro pero igualmente visual
y accesible. Su pluma acierta especialmente cuando se mete de lleno en el mundo
interior de sus protagonistas, retratando sentimientos, sensaciones, miedos y
dolores. Los diálogos parecen ligeramente más sencillos, consiguiendo que
suenen también más reales.
Qué pena que “Ofrenda a
la tormenta” haya resultado, y esto sí que no ocurría en las entregas
anteriores, tan previsible. Dudo que Dolores Redondo pretendiera mantener el
secreto hasta el final y presentarnos lo que ocurre como una sorpresa, pero aún
así, descubrir ciertos misterios demasiado pronto hace que la trama pierda
fuelle y decaiga el interés.
Es complicado valorar el
final de una trilogía como un libro único, abstrayéndose de lo contado anteriormente.
En el caso de la trilogía del Baztán, es prácticamente imposible comprender
“Ofrenda a la tormenta” sin haberse empapado primero de “El guardián invisible”
y “Legado en los huesos”. Así, la sensación final es más que positiva. Se
agradece el enorme esfuerzo de la autora por enlazar lo ocurrido en las dos
entregas posteriores con este cierre, dotando de unidad al conjunto. Creando, a
un tiempo, una buena novela negra aderezada con ciertos aspectos que la
diferencian de la amplia oferta literaria dentro de su género. Incluso a pesar
de los “peros” mencionados, merece la pena ser leída. Incluso puede haya suerte
y volvamos a encontrarnos con Amaia en otro tiempo u otro lugar…
Me queda por leer "Ofrenda". Las dos primeras partes no han sido ideales, pero son tan novedosas de alguna manera, traen un poco de aire fresco a un género saturado por las nieves escandinavas, que me han encantado.
ResponderEliminarbesos
Qué buena esta frase tuya: "mi interés se diluía en la artesa de la harina". Solo he leído el primer libro de esta trilogía del Baztan (por eso entiendo a qué refieres con la artesa) y me gustó pero tampoco me impresionó. Seguramente se debió a la brutal campaña que se le hizo al libro, ya sabes que a veces las expectativas son tan altas que cuando lo lees piensas eso de "es bueno, pero tampoco era para tanto". Y no es culpa de la autora, que es buena, ni de la novela, que es correcta, sino del marketing.
ResponderEliminarNo sé si continuaré la saga, ya veremos. Bss
Hola^^
ResponderEliminarTengo esta trilogía pendiente de leer y tengo mil ganas de comenzarla, este tipo de libros siempre me gustan.
besos!
En conjunto me ha gustado mucho pero a esta última también le he puesto algunos peros, no se si por gustos personales sobre el desenlace de algunos personajes o demasiadas expectativas esperando un año entero a que saliera este libro.
ResponderEliminarUn beso
A mí es el que más me ha gustado de los tres a pesar de lo previsible que es el desenlace. Incluso me he reconciliado con Amaia, a la que llegué a detestar en la anterior entrega.
ResponderEliminarBesos.
Esta vez paso por encima por tu reseña ya que solo he leído el primero y tengo pendientes este y el anterior, por lo que no quiero averiguar demasiado de las tramas. Me quedo con las impresiones finales
ResponderEliminarBesos
A mi.esta trilogía me ha encantado desde la primera hasta la.última palabra. Aunque ésta me gustó un poquito más que las anteriores. También adivine quien era el malo pero no fue una decepción. Al contrario, me gusta que la.autora permita al lector hacer de detective y acertar.
ResponderEliminarBesos
Paso por encima por tu reseña, porque todavía tengo pendiente estrenarme con esta autora. Besos
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarEl guardián invisible me gustó bastante, lo leí cuando salió. Y ahora tengo pendiente el segundo, estoy esperando a que Círculo de lectores me traiga el tercero. Espero leerlos en febrero-marzo los dos, y a ver que tal. Ya son varias las personas que me dijeron que el segundo era mucho mejor que el primero.
Un beso
Bueno, pues yo he leído los dos primeros y quiero acercarme a este final de Trilogía, que la cosa promete. No te negaré que me desanima un pelín eso de que sea un tanto previsible, porque es algo que no me suele gustar en las lecturas. Pero si mantiene esa carga en la ambientación y esos personajes, al menos por cerrar la historia, ni me lo pienso.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. Creo que Dolores se desenvuelve especialmente bien cuando habla de los sentimientos y de las partes más íntimas de esos personajes. A ver qué tal :)
Un besín!
Con ganas de leerlo¡¡¡ Un beso
ResponderEliminarEs una trilogía que todavía tengo pendiente. Así que me anima ver por tu reseña que va de menos a más.
ResponderEliminarBesotes!!!
Todavía tengo pendiente el primero ¬¬
ResponderEliminarBesotes
Vaya.. A mí si que me gustó.
ResponderEliminarme pasó al revés: el primer volumen no estuvo mal, el segundo me pareció demasiado centrado en Amaia y poco en el caso y el tercero ni me apetece leerlo.
ResponderEliminarBesos.
No se suelen leer reseñas tan tibias sobre estos libros... Aún así, los quiero leer, a su debido momento. 1beso!
ResponderEliminarJajaja, de verdad que tu interés se diluía en la artesa de harina? No se me hubiera ocurrido nunca algo así, jeje. Acabo de terminar El guardián invisible y como te podrás imaginar a mi todo ese ambiente de magia, niebla y grises y verdes ya me enamora sin remedio. No se que pinto en Extremadura con todo lo contrario, jajaja.
ResponderEliminarEn breve empezaré con el segundo así que me quedo con tu impresión general de que merece ser leída.
Bs.
Todavía no he leído nada de la autora y tengo la primera entrega de la saga. A ver cuando la cojo.
ResponderEliminarUn beso.
Pues lo peor que le puede pasar a una saga de misterio es que termine resultando previsible... Tengo ganas de leerlo, de todas formas. Por lo que cuentas, a pesar de todo merece la pena y está bien construida. Ya te contaré!
ResponderEliminarA mí me gustó el primero, y me quedé con ganas de leer el segundo, pero no me pareció tampoco gran cosa, y leeré éste, pero no tengo prisa por hacerlo.
ResponderEliminarUn beso.