Louis Waters y Addie Moore llevan gran parte de su vida siendo vecinos en la apacible localidad de Holt, en Colorado. Ambos enviudaron hace años y acaban de franquear las puertas de la vejez, por lo que no han tenido más opción que acostumbrarse a estar solos, sobre todo en las horas más difíciles, después del anochecer. Pero Addie no está dispuesta a conformarse. De la forma más natural, decide hacer una inesperada visita a su vecino: «Me preguntaba si vendrías a pasar las noches conmigo. Y hablar...». Ante tan sorprendente propuesta, Louis no puede hacer otra cosa que acceder.
Al principio se sienten extraños, pero noche tras noche van conociéndose de nuevo: hablan de su juventud y sus matrimonios, de sus esperanzas pasadas y sus miedos presentes, de sus logros y errores. La intimidad entre ambos va creciendo y, a pesar de las habladurías de los vecinos y la incomprensión de sus propios hijos, vislumbran la posibilidad real de pasar juntos el resto de sus días.
Addie ha llegado a esa edad magnífica en la que le importa poco y menos lo que piensen los demás de ella. Addie lleva una vida tranquila, demasiado apacible quizá para una mujer que se encuentra bien y en cuyos planes a corto plazo no entra la opción de dejarse morir tejiendo bufandas en un sillón. Addie está harta de guardar la compostura y está harta de estar sola. Y así se lo dice a su vecino Louis, otro que tal baila, que tampoco está por la labor de irse al otro barrio a pesar de que ya nadie parece esperar nada de él. Addie y Louis son dos ancianos más, de ésos que a veces parecen invisibles en este mundo en que vivimos, que no se resignan a ser un simple elemento de atrezzo en la vida de sus hijos. Que aún tienen una vida, la suya, y la quieren vivir de la mejor forma posible. Por eso Louis acepta la propuesta de Addie, y allí se planta una noche, con su pijama y su cepillo de dientes, dispuesto a compartir una cerveza con su vecina antes de irse a la cama con ella.
La incomodidad inicial va dejando paso, poco a poco, a una intimidad deliciosa en la que Louis y Addie se sienten cada vez más ellos mismos, sin el hándicap de su edad o de su vida anterior. Asistimos, como invitamos de excepción, a unos diálogos colmados de humor y ternura, a una historia sencilla que te gana, precisamente, gracias a esa baza.
Reina en la narración de Haruf una serenidad palpable, una calma que no sé si sale del autor, que escribió "Nosotros en la noche" a sabiendas de que eran sus últimos días. Supongo que es difícil abstraerse de ese factor cuando, como lector, te acercas a la novela conociendo esa sentencia que pende sobre la cabeza del que escribe. Puede que yo sea muy sugestionable, pero era algo que sobrevolaba constantemente mi lectura, y que ante ciertas frases y antes ciertos instantes que viven Addie y Louis, me provocaba un pellizco en el estómago. Una tristeza que dudo que Haruf quisiera transmitir, pero que yo no podía ignorar.
Confieso que ha sido para mi una lectura bonita pero que me ha puesto un poquito triste. Me ha hecho añorar, me ha hecho sentir cierta inquietud, a ratos incluso culpabilidad, sobre todo ternura. Y eso es lo mejor de esto, cuando las letras nos alcanzan.
Me resultó una novela delicada y llena de emociones. Me transmitieron mucho sus personajes. Por si no lo sabes hay una versión cinematogrífica pero no llega al libro.
ResponderEliminarEstoy viendo muy buenas oponiones del libro, así que tendré que darle una oportunidad.
ResponderEliminarBesos
Qué bonitas estás reseñas tuyas tan sentidas. A mí me conquistaron estos dos ancianos. Reí, me emocioné e incluso derramé alguna lágrima con está historia.
ResponderEliminarBesos
En tus palabras percibo una historia muy dulce entre estas dos personas (tiene que ser difícil escribir algo así en tus últimos momentos de vida), y si además dices que han logrado emocionarte...me la apunto sin duda ninguna. Besos
ResponderEliminarSí, también me sumió en la tristeza en la lectura y me gustó aunque no tanto como ha gustado en general.
ResponderEliminarUn beso
Me apetece mucho esta historia desde que leí las primeras impresiones hace ya bastante tiempo y quiero leerlo antes de que se me cruce la película.
ResponderEliminarUn beso
Tengo esta novela pendiente desde hace algún tiempo, la encontré reseñada en varios blogs que me gustan mucho y ahora tú me recuerdas que ahí sigue, en la larguísima lista. Me gusta lo que comentas sobre la tristeza, la ternura, la nostalgia y la paz, sobre todo esta calma con la que la historia y los personajes trasmiten todo lo demás. Una historia sencilla que conmueve, ¿quién pide más? Me la llevo. Un beso.
ResponderEliminarHola Mara,
ResponderEliminarLa acabé anoche y estoy de acuerdo contigo, sobre todo en el último párrafo que escribes, sentí exactamente lo mismo.
Un beso guapa!
Sin duda, cuando una historia te toca es cuando realmente hablamos de literatura. Yo la leí y me sucedió lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya lo había visto hace tiempo... y es quizá ese aura melancólico el que me echa para atrás... estos días no estoy para estos sentimientos...
ResponderEliminarUn besazo
No es una lectura con la que me sentiría cómoda así que lo dejo pasar. Besos
ResponderEliminarMe apeteció en cuanto lo vi y luego, con esto de que siempre tengo mil lecturas pendientes, lo fui dejando pasar. Acabas de despertar de nuevo mis ganas así que habrá que ponerse a ello.
ResponderEliminarBesos
Eso es lo bueno, que un libro te haga sentir, incluso aunque sean sentimientos negativos
ResponderEliminarÉste lo tengo más que apuntado
Besos
Vaya! Qué interesante! No conocía nada del libro y del autor, así que no me acostaré sin saber algo nuevo, tú lo has hecho posible. El caso es que me llama la atención pero quizás por eso que comentas de que te ha conmovido un poco y te ha hecho sentir culpable, quizás no le de esa oportunidad. Últimamente, desde que llegó mi niña, soy más empática si cabe con todo. Lloro a la menor razón, estoy demasiado emotiva. Y hay cosas que me dejan verdaderamente tocada. Así que mejor lo dejo pasar, o lo guardo para más adelante.
ResponderEliminarTodavía no lo he leído, y para mi sorpresa en el blog de Marisa descubrí el otro día que ya hay incluso adaptación cinematográfica. Me tengo que poner las pilas, aunque si te ha dejado un poco triste, ahora mismo creo que no estoy en el estado de ánimo adecuado.
ResponderEliminar¡Besote!
Esa justamente creo que es una de las finalidades de esta novela, provocar nostalgia y al mismo tiempo, hacer reflexionar. Me encantó, Haruf tiene una prosa que envuelve y roza el alma.
ResponderEliminarBesitos.
Ya estoy por aquí!!!
ResponderEliminarPues yo le tengo muchísimas ganas a este título, precisamente porque las personas mayores me dan mucha ternura. Desde pequeñita he tenido una conexión especial con ellas y un título así no pienso dejarlo escapar...aunque tendré en cuenta esa sensación algo tristona ;)
Besitos
Ha sido de mis mejores lecturas de 2017, yo también sentí ese pellizco en el estómago y me enamoré de sus personajes. También lo cerré con esa melancolía de la que hablas, pero muy agradecida, pues me encanta cuando un libro me llega sin notar el esfuerzo del autor por hacerlo.
ResponderEliminarBesos
La leería, sin duda alguna. Tu reseña me confirma que es una novela muy atractiva, original y que hay que leer a un ritmo suave para disfrutar de cada párrafo. Besos.
ResponderEliminarVaya, a pesar de la tristeza que rezuma (más aún con la confesión que nos has hecho del autor), se ve un relato tierno y hasta cierto punto apetecible. Me lo llevo. Gracias por el descubrimiento.
ResponderEliminarUn beso, feliz finde ;)
¡Qué bonito! Más aún si llega el frio por fin y se puede leer debajo de una manta. Muchos besos.
ResponderEliminarCreo que esta lectura, y me ocurre lo que a ti, le tengo miedo a las lecturas que te dejan tristes, es de obligado cumplimiento su enfrentamiento con ella porque se puede aprender mucho y más de un tema tan duro como la soledad y la madurez. Creo que ha salido la película hace poco con dos artistas de top.
ResponderEliminar¡Hola! No había escuchado sobre este libro y me parece que plantea una trama muy muy interesante, sobre todo porque usa unos personajes que, como en la vida, no suelen ser muy vistos como protagonistas en la literatura, los ancianos. ¡Me lo apunto!
ResponderEliminarBesos.
Una historia muy entrañable la de estos dos protagonistas. A ratos triste, es verdad, pero es una relación muy bonita que llega al corazón.
ResponderEliminarBesos
Lo tengo pendiente y no sé porque tardo tanto a ponerme con él.
ResponderEliminarun beso ;)
Qué buena pinta, qué bonito lo que dices. Fíjate que alguna que otra vez me crucé con esta historia y la dejé pasar. Pero me gusta lo que nos cuentas de ella, aunque tenga un toque triste (si es que por algo mi madre me dice siempre que sólo leo miserias xD). Pues nada, la próxima vez que se cruce en mi camino, me acordaré de ti y le haré más casito.
ResponderEliminarBuen miércoles! :)