Delia y Gaetano eran pareja. Ya no lo son, y han de aprender a asumirlo. Desean vivir tranquilos pero, al mismo tiempo, les inquieta y seduce lo desconocido. ¿En qué se equivocaron? No lo saben. La pasión del comienzo y la rabia del final están todavía demasiado cercanas.
En una época en la que parece que ya está todo dicho, sus palabras y silencios dejan al desnudo sus soledades, sus urgencias, sus recuerdos, y provocan brillos imprevistos al poner en escena, una noche de verano, el viaje del amor al desamor.
La distancia entre Delia y Gae es ya insalvable. Y sin embargo esta noche se encuentran aquí, frente a frente, compartiendo unas horas en un restaurante, como seres civilizados, otorgándote a ti, lector, la oportunidad de viajar atrás a partir de este instante, de ir y volver una y otra vez, para asistir a la decadencia del amor. La novela que hoy os traigo es la antítesis de lo idílico, el intento infructífero de reanimar a un muerto a sabiendas de que hace mucho que no respira.
“¿Cuándo dejaron de
besarse? Fue ella la que se retrajo, la que torcía un poco la boca si lo
intentaba en pleno día. Que en realidad es sólo la tarde, pues el resto del día
se te va y sólo te queda la tarde para verte, para volver a hallarte cerca.”
Mazzantini nos regala una lectura terriblemente incómoda y
dolorosa. Lo es para aquel que ha pasado por una ruptura, que reconocerá las
sensaciones de Gae y Delia, incluidas las más atroces, aunque nos avergüence
verlas plasmadas por escrito, casi como si de un cadáver se tratase, eviscerado
sobre la mesa .Y lo es también para aquellos que aún creen en el amor, porque
eso implica vivir con el miedo, en su fuero interno, al fracaso y a que todo
aquello que se construye con tanto ahínco, se desmorone un día sin más.
Porque Gae y Delia no fueron siempre así. Porque hubo un
día, aunque ahora parezca mentira, en que también tuvieron sus
“Horas de besos. En
los parques, contra las paredes, como los adolescentes cuando empiezan a
probar, a sondear otro cuerpo por dentro. Gusanos calientes, adheridos de
aturdimiento, que se dejan caer, resbalar. “
y sin embargo ahora apenas son capaces de recordarlo. O
quizá ni quieren hacerlo, para qué. En todo caso, aquel gesto que antes
arrancaba una sonrisa ahora es un martirio insoportable, que vuelve al otro
insufrible. Mazzantini dibuja, a través de sus diálogos y de aquello que
callan, a dos personajes que se bastan
para llenar las páginas de su novela. Sin apenas más interrupción que la de los
dos ancianos que cenan unas mesas más allá, y que representan todo aquello que
ellos no pudieron ser. Ahora ya no son dos, ahora son Delia y Gae, cada uno por
su lado. La asfixiante Delia, controladora, insegura, poseída por la furia de
su fracaso y asfixiada por la losa de una anorexia que le destruyó los dientes
y la que debió ser la mejor época de su vida. Él, Gae, antaño creativo,
luminoso, locuaz; ahora, insoportable.
La sensación de
dominarlo todo desde el momento en el que eres capaz de dominar el hambre. […
] Ella estaba definitivamente dentro de aquella otra crisálida de vida,
prisionera. La de los moribundos, la de los místicos con sus ínfulas. Demasiado
frágil para vivir y demasiado fuerte para morir: eso era Delia en aquel
momento.”
NO me importaría léerla pero creo que tendría que encontrarle el momento.
ResponderEliminar¿Se puede escribir una reseña más bonita??? Madre mía, qué maravilla Mara!!! Me la llevo anotada, para leerla en el verano, cuando esté tranquila, sin prisas, saboreando esa situación tan terrible que a la vez en las letras de Mazzantini serán una joya.
ResponderEliminarBesos
Pues creo que ahora mismo no sería una lectura para mí, necesito lecturas más ágiles, pero tomo nota para otro momento.
ResponderEliminarUn beso
No se puede describir mejor esta novela. Buena reseña.
ResponderEliminarBesos.
No me llega a convencer, lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos
Yo no sé si es que leí este libro en un momento que no le correspondía pero no me terminó de "llegar". Quizás es porque estaba demasiado condicionada por el título y por mi momento...
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta lo que cuentas pero ahora mismo no podría disfrutar de una historia impregnada de tanto dolor. Besos
ResponderEliminarQue reseña tan bonita!! Sin duda me lo anoto.
ResponderEliminarUn beso ;)
Pues hace ya tiempo que tengo ganas de estrenarme con esta autora pero de momento tendrá que esperar un poco más.
ResponderEliminarUn beso
Un libro escrito con sensibilidad, y seguramente, desde la propia experiencia, que a la vez, es la de todos... porque ¿quién no ha sufrido una ruptura?
ResponderEliminarBonita reseña... ;)
Hola guapa, pues la verdad es que este no es para mí... estoy en un momento de lecturas ligeras, divertidas, negras si acaso... pero no lecturas dolorosas...
ResponderEliminarUn besazo
Oye pues me ha llamado mucho la atención tu reseña, no me importaría leerlo.
ResponderEliminarSaludos :D
A mí no termina de llamarme la atención la novela, y más que por lo que trata por el momento personal en que me hallo. Así que la tengo descartada, Mara.
ResponderEliminarbsos!
Tengo a la autora pendiente, y con muchas ganas de estrenarme con ella. Cuando lo haga comentamos
ResponderEliminarBesos
Qué reseña más bonita! Todo un placer leerte. Y desde luego el libro me lo llevo bien apuntado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues con todo lo que cuentas creo que merece la pena tenerla en cuenta. Son lecturas que dejan poso.
ResponderEliminarbesos
Sabía que me ibas a sorprender con esta novela y con tu reseña, jajaja NUnca lo dudé. TIene un título que atrae desde lejos y que está impregnado de lo que cuentas. Me la apunto sin duda. Me gustan estos retos lectores y cuando una está saturada de novelas negras y/o policiacas me encanta sumergirme en este tipo de novelas.
ResponderEliminarBs.
Pues me encanta todo lo que cuentas, me gustan este tipo de historias. Azúcares los mínimos. Y la reseña te ha quedado de lujo. Preciosa. Apuntadísimo el libro :)
ResponderEliminar¡Besote!
Estas novelas no son para mi, esta vez la dejo pasar. Besos
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