Tengo la suerte de
convivir, cada día, con niños como Guille. Niños que caminan por los pasillos
de otra forma, con un peso aún mayor sobre la espalda que el de la mochila que
cargan. Son niños que conocen lo que se esconde tras las puertas de la orientadora
y la maestra de pedagogía terapéutica, a cuyas aulas se dirigen primero
ansiosos y asustados, después con la sensación de caminar hacia un lugar
acogedor. Son hijos de padres angustiados o ausentes. Hijos y padres que te
obligan a indagar, a intentar ir más allá y acabar cuestionándote el
significado de cada dibujo, cada frase y cada redacción. Son niños que te
enseñan, casi siempre, más de lo que
nunca tú podrás transmitirle a ellos. Como Guille.
Alejandro Palomas se me
ha descubierto como un tipo atrevido, al que le gusta invadir el espacio vital
de sus lectores. No he leído su anterior novela, “Una madre”, pero sé que ha
entusiasmado a casi todos los que se han acercado a ella. Lo mismo está
ocurriendo con “Un hijo”. Y es que Palomas juega con conceptos universales, con
los dos amores más comunes e inabarcables que existen. Madres, padres, hijos.
“Un hijo” es una apuesta
arriesgada, como resulta siempre que un adulto se mete en la piel y el alma de
un niño. Más aún lo es cuando ese niño tiene una personalidad tan compleja como
la de Guille. Reconozco que alguna expresión, alguna actitud también, me han
provocado un pequeño chirrido ahí atrás, allá por el subconsciente. Quizá
porque nunca conocí a ninguno de estos niños que quisiera ser Mary Poppins. De
hecho, la mayoría ni siquiera han oído hablar de ella ni parecen dispuestos a
creer en el poder de la magia y las palabras. Unas palabras que por regla
general se les atascan mucho más que a Guille. Pero se lo concedo a Palomas, en
beneficio de la historia que quiere contar.
Porque lo cuenta bonito.
Con una prosa limpia, clara, nívea. Para que nadie tenga que hacer un esfuerzo
más allá de lo emocional para leer su historia.
“Un hijo” me sacó por
unas horas de una crisis lectora atroz, me mantuvo entretenida, emocionada. Me
hizo pensar, me ayudó a recordar, porque cuando uno lo ve a diario se le
olvida, lo inhóspito y salvaje que puede ser el mundo para un niño. La
importancia de otorgarles tiempo para hablar, para digerir; lo necesario de
abrazarles y sonreírles porque nunca está de más.
Me dolió un poco el
final. Me dolió porque no me lo creí. Lo leí consciente de que debía
emocionarme, de que tenía que sacudirme lo que estaba pasando. Pero mi cabeza
se empeñaba en recordarme que a veces, los niños y los padres pueden ser
también la otra cara de la moneda, que pueden ser crueles hasta el extremo.
Quizá me falta fe en las personas, no digo yo que no. Me gustaría mucho saber
qué sensaciones os provocó a los que habéis leído ésa escena final. Pero de
nuevo entiendo, lo comprendo, que así tenía que ser, porque de haber acabado de
otra forma, habría dolido aún más.
Tengo ganas de probar con Alejandro Palomas, Mara. Y más si te sacó de una crisis lectora y te conmovió como dices. Un saludo!
ResponderEliminarEsta la tengo anotada porque veo que os está gustando, con algún que otro pero, aunque tengo claro que Una madre me atrae más. Besos.
ResponderEliminarJo! A mí es que esta novela no me llama, pero con tantas recomendaciones... no sé... al final cambiaré de opinión :-)
ResponderEliminarUn beso!
A mi me ha encantado, también la escena final. Acabé el libro a lágrima viva
ResponderEliminarBesos
Hola :) Este libro es increíble, me requetencanto. Y ya esta entre mis mejores lecturas de este año. Palomas tiene una forma de escribir personajes y de contar historias muy especial. Un besito ^^
ResponderEliminarMe he emocionado mucho leyendo tu primer párrafo.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, Alejandro Palomas sabe trasmitir muy bien a través de dos grandes caminos hacia el corazón del lector: su delicada, sensitiva y hermosa prosa y su temas universales, que podrían resumirse en amor y desamor de todas clases y destinos. Dicho esto, no he leído todavía "Un hijo", pero sí las dos anteriores novelas del autor, así que deseando estoy. Pese al final. Bss
Qué bonito lo cuentas con chirrido y todo!!! Tengo muchas ganas de leer esta novela. Una madre me encantó y todos están quedando encantados con Un hijo. A ver si me compro el libro de una vez y me pongo con él.
ResponderEliminarUn beso.
Que reseña más bonita! tengo muchas ganas de hacerme con él! Un beso
ResponderEliminarEstoy deseando hacerme con ella, de Alejandro solo he leído un libro que me encantó y estoy segura de que esta también me va a conquistar
ResponderEliminarBesos
A mí me chirrió toda la historia. No me creía que un padre pudiera portarse así. Pero no puedo afirmar que no haya personas como él o historias como ésta. Por eso también acepto el final. Creo que es una historia de las que nos pueden abrir los ojos a unas realidades desconocidas aunque ocurran en la casa de al lado. Muy recomendable.
ResponderEliminarbesos
Mara, yo tampoco me creí la escena final, pensaba que era cosa mía por ser tan "cardo" como soy a veces, pero no podía ser otra, en un libro de Palomas al menos, no. Así que la asumí como la que debía ser y me emocionó, aunque no tan profundamente como lo hicieron otros muchos momentos del libro.
ResponderEliminarBesos.
Ya no digo que no lo he leído, ahora digo que lo tengo en casa
ResponderEliminarBesos
Hola Mara aún no he leído nada de este escritor pero estoy deseando crearme mi propia opinión y conocer de primera mano esa forma de narrar que está gustando tanto. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarLo quiero leer, aunque antes tengo pendiente Una madre
ResponderEliminarBesos
Pues yo iba a empezar con "Una madre" con Palomas, pero es que me estáis poniendo los dientes muy largos entre todos, jajaja.
ResponderEliminarMeterse en la piel de un crío desde un prisma adulto es siempre complicadísimo en esto de la literatura, y esa sensación de chirrido que describes tan bien me ocurre un montón. Las pocas veces que me animo con lo juvenil ya ni te cuento. Pero vamos, el hecho de que a Palomas se le perdone alguna de esas licencias ya habla estupendamente de la novela :)
Un beso!
Me ha gustado mucho tu reseña. Sí, entiendo los chirridos que mencionas y lo de Mary Poppins, respecto a la escena final a mi hay algo que tampoco me creo (o por lo menos no podría suceder tal que así) pero decidí enfocar en lo que nos quiere decir el libro. Por cierto, de alguna manera pretende ser un homenaje a los psicólogos y terapeutas infantiles (eso contó en una presentación).
ResponderEliminarUn beso
Qué bien has definido lo que "hace" Palomas: invadir el espacio vital de sus lectores, yo diría que su intimidad. Se asoma, escarba, se va y se deja la puerta abierta... Por eso sus apuestas son siempre arriesgadas, porque anda al borde de muchas cosas, juega con muchas emociones, haciendo malabarismos. No he leído el libro porque espero a que venga a presentarlo por aquí por donde sobrevivo y parece que eso no será hasta septiembre. Advertida voy sobre el final, intentaré lidiarlo como pueda, supongo que al formar parte también de ese microcosmos que mencionas me resultará más fácil, porque con los finales de aquella manera suelo ser algo intolerante...
ResponderEliminarUn abrazo
Con todas las reseñas positivas que estoy viendo de este libro y aún no lo he leído. VOy a tener que darle un empujoncito.
ResponderEliminarBesotes!!!
La escena final... Escena la que monté yo... Una hartura de llorar que no veas. Me emocionó mucho pero también te digo que estaba algo sensiblona. La novela es maravillosa. Un besazo!
ResponderEliminarEn mi caso la novela me duró un día, en dos ratos me la leí. Es lo primero que leo de este hombre, con lo que quedé maravillada. Mi caso no es el tuyo, que conoces de cerca a niños así, con lo que mi mente no estaba predispuesta a nada y no me chirrió nada. El último capítulo para mí fue apoteósico, no he llorado más con un libro últimamente (no soy nada llorona con los libros, la verdad).
ResponderEliminarbsos!
Tengo muchas ganas de hacerme con él =)
ResponderEliminarBesotes
Completamente de acuerdo contigo. Me encantó leerlo.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado tanto. Yo aun estoy indecisa, no sé si leeré este libro.
ResponderEliminarBesos.
Me apetece mucho leer este libro, pero estoy en ese momento en el que debo alejarme del libro para que las altas expectativas no me traicionen. 1beso!
ResponderEliminarSólo he leído el comienzo de tu reseña y ya he tenido suficiente. Tengo esta novela esperando que lleguen mis vacaciones para poder disfrutarla de lleno. Con lo poquito que he leído ya me has puesto los pelos de punta. Yo soy una tutora que tiene que diagnosticar, sin saber, qué le ocurre a su alumno y derivarlo a la Orientadora...
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