Un día, Yvla no regresa a casa. Al principio, Mike, su marido, no se preocupa en exceso. Digamos que Yvla es ligerita de cascos y no es la primera vez que desaparece unas horas. Pero la ausencia se prolonga y la policía entra en juego. Mientras Mike y Sanna, su hija, intentan seguir con sus vidas, Yvla está encerrada a sólo unos metros de casa, en el sótano de sus vecinos, observando a través de un monitor como su familia reemprende su camino sin ella, sometida a la tortura de un matrimonio de ancianos que tiene cuentas pendientes con ella.
Hans Koppel pone nuestros ojos sobre la víctima. Aquí no prima la investigación policial, como suele ser habitual, ni los daños colaterales de su pérdida. La idea es centrarse en la degradación de esa víctima y los diferentes estados por los que su psique va viajando, desde el desconcierto inicial al síndrome de Estocolmo. La idea era muy, muy buena. Lástima que el autor se quede en la superficie, y no ahonde en ningún momento, de verdad, en la mente de Yvla. Asistiremos a momentos bastante crudos, pero que en ningún momento te hacen estremecer. La tortura física y sexual toma protagonismo sobre la psicológica, y acaba convirtiendo la novela en un thriller más, cuando podría haber sido otra cosa.
Ni la prosa del autor, bastante plana y sencilla, ni la construcción de sus personajes son destacables. Todos parecen moverse por instintos demasiado simples. Aquí no hay circunvalaciones, todos viajan en línea recta, por el camino más corto. Sus impulsos, sus pasos, no responden a una psicología que el autor se haya molestado en construir. Tampoco hay atmósfera o una ambientación trabajadas que acompañen a la historia. Lo mismo podría haber ocurrido en Florida, en Islandia o en Kuala Lumpur, si es que hay adosados monos en Kuala Lumpur. La narración cojea. Uno sigue leyendo por inercia, arrastrado por un estilo ágil y directo (que es lo que decimos, a veces, para no utilizar el calificativo de simplón, que queda más feo).
Me está quedando una reseña un pelín negativa y no era mi intención. Lo cierto es que leí “Nunca volverás” en un suspiro y no me dejó mal sabor de boca. Pero es una novela para leer, como decía, por inercia, sin pensar, para llevársela al metro o al autobús. Pero no es una lectura que resista un análisis más profundo, o que os vaya a dejar huella.
Ains, que pena que te haya quedado mal sabor de boca. A mí me llama mucho.
ResponderEliminarUn beso :D
Una pena que la conclusión no haya sido más positiva. Yo lo dejo pasar hay mucho del género y más brillante
ResponderEliminarBesos
Jajajaja me meo con lo de los hombres con penes grandes!! Sobre el libro, este lo dejo pasar! Besos!!
ResponderEliminarPor la sinopsis parecía que sería una lectura más "complicada", menos de leerla en autobus, ya sabes.
ResponderEliminarLa idea parece buena, quizá el error está en que llevó los personajes y la trama en una linea recta y corta como tú dices.
De todas formas tiene buena pinta, me lo apunto porque es muy posible que me guste :) Gracias!
No me llama la atención esta novela. Y no solo por tu sensaciones.
ResponderEliminarEn principio me llama, pero no tengo el libro por e d o si lo veo y me apetece en ese momento lo cogeré, saludos
ResponderEliminarPues qué pena, porque me llamaba bastante la atención, pero con tu reseña se me han quitado bastante las ganas de leerlo, porque además suelo coincidir con tus opiniones.
ResponderEliminar¡Un beso!
JAjaja, pues la verdad esque no me llama... <3
ResponderEliminarHabía leído alguna reseña más positiva que me había animado a darle una oportunidad, no la descarto pero tampoco está entre mis prioridades
ResponderEliminarBesos
Vaya siento que no la hayas disfrutado. A mí sí me llama la atención la novela nórdica, quizás no estoy saturada porque la voy dosificando. Bueno, de hecho, siempre voy picado de aquí y de allí. Lo del chocolate, aunque no quieras hablar de ello, lo entiendo es uno de mis placeres más queridos y contra más negro mejor y vaya aunque va a épocas siempre está ahí tentador.
ResponderEliminarUn beso.
No puedo estar más de acuerdo. Tuve la misma sensación, el autor desaprovecha algo muy jugoso y se queda en la superficie así que sufrí una pequeña decepción con este libro. ¿Sabías que es una trilogía? Yo no sé de dónde va a sacar el autor para dos libros más, pero también te digo que no pienso descubrirlo porque no los voy a leer.
ResponderEliminarBesos.
El argumento no me atrae del todo y tu reseña no es de las mas positivas, esta vez lo dejo pasar... un besote
ResponderEliminarLa tenía descartada hace tiempo y creo que me voy a confirmar en mi decisión.
ResponderEliminarUn beso.
Uy uy qué cantidad de cosas has dejado de golpe. Yo ando con lo del tabaco y de momento voy bien, pero lo de la novela nórdica no lo pretendo y el chocolate no me vuelve loca :)
ResponderEliminarNO sé que hacer con este libro que nos traes. Lo voy a apuntar pero con reservas y sin prisa alguna.
Bs.
He visto más reseñas similares a la tuya así que este libro lo tengo ya descartado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Uff, ¡cuánto me he reído con tu reseña! La novela negra escandinava ha sido también mi perdición. ¡Cómo te comprendo! Sabe muy bien con chocolate, jaja.
ResponderEliminarSaludos
La verdad es que no me convence así que no creo que lo lea. Un besote :)
ResponderEliminarUn libro muy plano, he tenido que ir a mirar mi propio comentario sobre esta lectura porque ni siquiera la recordaba bien. ¿Sabes? El problema es que la novela negra nórdica está tan sobrevalorada como la importancia del tamaño de los penes :) pero a veces por rechazarla de plano te pierdes buenos libros. Hay buenos autores, pero curiosamente no son los que más "suenan"...
ResponderEliminarGracias y besos!
jajaja, del chocolate no hablas porque aún estás en proceso de desintoxicación, ¿no? ;)
ResponderEliminarCon esta novela tengo sentimientos encontrados, me atrae, pero me echa para atrás.
De momento no creo que me anime con su lectura. Tal vez, si se cruza en mi camino, algún día me anime.
Un beso!
Andaba yo dando una vueltica por tu blog cuando una frase ha llamado mi atención... "Uno sigue leyendo por inercia, arrastrado por un estilo ágil y directo (que es lo que decimos, a veces, para no utilizar el calificativo de simplón, que queda más feo)" Solo puedo decir
ResponderEliminarOLE AHÍ! Porque si, yo también suelo ser de esas que adornan sus malas impresiones para que no parezcan tan malas, como quien adorna su currículum con "Ingleses fluidos y competencias informaticas avanzadas" (que también lo he hecho xd)
Respecto al libro que nos traes, es una lástima que el resultado no sea tan poderoso como el tema invitaba a pensar. De todas formas, estaré atenta por si lo veo porque las historias de secuestros (y etcéteras) me suelen llamar la atención. Pelín sadica yo.
Besazos
¡Hola!
ResponderEliminarDesde principio no me llama, y después de leer tu reseña creo que no lo leeré.
Un beso ^^