martes, 23 de enero de 2018

"La parte escondida del iceberg", por Màxim Huerta.

«Te doy todo este libro para que aparezcas», dice el protagonista. Se ha escapado, mantiene una relación con el pasado, pero el pasado ya no está. La parte escondida del iceberg es la reconstrucción amorosa de un ser excepcional. Un escritor perdido en París; la ciudad le pesa, solo la necesita para encontrar los recuerdos, como migas de pan, de aquello que fue. Para eso debe atravesar un invierno de recuerdos. Se adentra en un territorio desconocido, devastado además por una tormenta emocional, una ruptura que arrasó su paisaje interior hasta hacerlo irreconocible. 

Un inventario de mentiras que le contaron y de las verdades que no quiso aceptar. Este es un libro sobre la vida, a medio camino entre el recuerdo y la superación del dolor; habla de las risas, de las amistades, de la noche, los días… y de ese lado vacío de la cama que se queda para siempre ocupado de recuerdos. Un libro que nos revelará muchas cosas de nosotros mismos.


Será difícil escribir esta reseña, me temo. Tan difícil como a mí me ha resultado la lectura de "La parte escondida del iceberg", una novela que he leído en varios tiempos, que tiene demasiadas cosas que no me han gustado, que directamente me estorbaban, pero que me ha provocado dolor en algunas partes del cuerpo que están tan hondas que no sabría ni nombrarlas. Esta es una de esas historias que a uno, como lector, le cuesta procesar y digerir. Que nunca recomendaríamos leer a alguien. Y aquí estoy, a ver qué os cuento.

"La parte escondida del iceberg" es, dice su autor, una especie de alivio de luto. No esperéis una novela, ni una biografía novelada como se podría intuir. Es más un exorcismo. Un sacarse de dentro el dolor dándose cabezazos contra una pared. Y por mucho que esa pared esté ubicada en el mismísimo alma de París, en la ciudad más bella del mundo, el golpe seguirá doliendo. Màxim Huerta juega a desnudar su pérdida, y enlaza ese dolor con el proceso creativo como herramienta para asumirla: "Aquel día comprendí nítidamente esa sensación, por bufonesca que parezca, que resume bien toda esta novela, mezcla de berrinche y de lápida."

El autor se revuelca en su dolor, en los errores y los recuerdos, en los "y si...". Recorre de nuevo París, ahora sin ninguna mano a la que aferrarse, y la ciudad parece ir cambiando de color bajo el prisma de su estado de ánimo. Montparnasse, el Marais, La Jolie Bohème, los cafés, las mujeres, los croissants... El empacho parisino fue, en mi caso, inevitable.

"En mi cerebro apareció París. No el París de las postales, apareció el París que visitamos juntos y que se quedó en la parte escondida del iceberg a falta de fotos. Esa novela que lleva atrapa en mi garganta dese hace tantos años y que surge a trozos en las que voy publicando. Ya no estoy en esas escenas, estoy en esta."

Y, sin embargo, me quedo a seguir leyendo. A pesar del exceso, a pesar del dolor, de las digresiones, de la vuelta al mismo lugar. Me quedo porque me gusta cómo escribe Màxim Huerta, y me quedo porque yo estuve en ese París, sin haber estado nunca. Me quedo porque más allá del berrinche y el dolor, escribe un autor que sabe plasmar las emociones de una forma que yo entiendo y siento. Y me quedo también por Anna Gavalda, Rosa Montero, Antonio Muñoz Molina.. por todos esos autores a los que alude el escritor, que han conformado su bagaje, que le han enseñado a crear, a escribir, a dibujar ésas emociones. Y me quedo por las referencias a sus novelas anteriores, a cada uno de los caminos que le llevaron a ellas.

"La novela es un territorio literario en el que reina la imprecisión y la fantasía y en el que, como n la foto de Doisneau, todo puede parecer verdad. Me imagino que esa ha sido una de las razones por las que me hice escritor, contar mentiras desde niño para cambiar la realidad."

Hay un pasaje, uno inesperado, que no acababa de casar con la historia que el autor me estaba contando, en el que retoma su infancia en Utiel, las mujeres de su vida, que ya protagonizaron "La noche soñada". Una escena que me conmovió hasta las lágrimas. Lo que no estaba consiguiendo el protagonista, con todo su desamor, con todo su París, lo consiguió el niño en el cementerio de Utiel.

Sé que mi reseña resulta caótica. Quizá porque así se me antojó esta lectura. O porque me cuesta poner en orden tantas sensaciones, porque no sería capaz de decir que me ha gustado, ni que no lo ha hecho, ni que la leas ni que dejes de hacerlo. Quién soy yo. No es una novela fácil, ni amable, ni ágil, ni divertida, ni bonita. No es ni de lejos lo mejor que ha escrito el autor. Quizá valga solo para los muy devotos, o justo lo contrario, para los que no lo son. Es, si tuviese que calificarlo de algún modo, un acto de contrición, un autor lamiéndose las heridas a solas con el que lee. Una invitación a una intimidad que intimida y abruma.

"Y todo eso que no cuento de ti constituye la parte sumergida de mi iceberg. La que soy incapaz de asumir ni de visitar."

28 comentarios:

  1. La empecé pero me pareció Tremendamente aburrida y no aguanté más de 50 páginas. Veo que tampoco te ha convencido del todo

    ResponderEliminar
  2. Hola, Mara, estoy de vuelta :-D
    En esta ocasión esta lectura no me motiva mucho, auqnue ya te lo imaginarás, no sólo por la historia sino porque dices que es una novela no recomendarías.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Yo con este autor no congenio nada,las dos novelas que he leído de él me dejaron fría.
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. No me llama la atención este autor y por lo que cuentas de ella, no creo que la lea.
    Besos

    ResponderEliminar
  5. No he leído nada de este autor porque no me llaman sus libros, y viendo tu opinión veo que voy bien encaminada.
    Besos

    ResponderEliminar
  6. Holaaa
    No me llama mucho pero aun no me he estrenado con el autor, me lo pensaré^^
    Un besito

    ResponderEliminar
  7. Aún no he leído nada de Maxim Huerta, pero la verdad es que me apetece porque leo cosas bastante positivas sobre él. Eso sí, creo que antes que este libro escogería otras de sus novelas, me llaman más la atención.
    ¡Besos!

    ResponderEliminar
  8. Jo, me he quedado super fría. Me gusta mucho el estilo de Huerta, porque creo que profundiza muy bien en sentimientos, y aunque por ejemplo, "El susurro de la caracola" no me gustó nada, sí he leído otros títulos suyos que me gustan.

    Tenía muchísimas dudas con "el iceberg", no sé si recuerdas que te dije que quería leer también tu opinión. Y creo directamente que no es para mí, que me va a decepcionar, y no quiero atreverme a leerlo y quedarme con esa sensación, porque me chafaría otras posibles lecturas suyas.
    Gracias por tu opinión.

    Suerte con los retos ;)
    Besosss

    ResponderEliminar
  9. Yo leí Una tienda en París y me gustó tantos que compré todos los que había publicado; el siguiente que leí, y último hasta ahora, fue el anterior a este y no me gustó así que no compré este y no creo que lo haga en breve, prefiero leer los que tengo pendientes y decidir ya que tengo impresiones divididas sobre el autor.

    Un beso

    ResponderEliminar
  10. La verdad es que aunque creas que tu reseña ha sido caótica, en realidad no ha sido así, me parece que has hecho un fiel reflejo de lo que te ha provocado esta novela y me ha gustado mucho. No sé si me atreveré con ella...
    Un besazo

    ResponderEliminar
  11. No es un autor por el que sienta interés (hasta el momento), y por lo que cuentas veo que no me pierdo gran cosa.

    Un beso ;)

    ResponderEliminar
  12. Ni me convence el autor ni la historia, menos aún si están desgarradora como cuentas y que ni siquiera estás segura de haber disfrutado. Besos

    ResponderEliminar
  13. Leí un libro de Maxim y me encantó, así que no descarto darle una oportunidad a este :)

    ResponderEliminar
  14. Hoy no me lo voy a llevar, Mara. No he leído a Maxim aún y creo que esta, por lo que cuentas no es su mejor novela ni tampoco sería mi mejor estreno. Pese a todo, veo que un poco o mucho también te ha gustado, jajaja. Un caos, como tú dices.
    Besos

    ResponderEliminar
  15. Pues hace tiempo ya leí "El susurro de la caracola" y aunque me gustó, no me entusiasmó...por eso no he vuelto él, y por eso creo que tampoco me animaré con esta lectura caótica ;)

    Besitos

    ResponderEliminar
  16. Yo tengo que confesar que la faceta pública de este autor me disuadía siempre de acercarme a sus novelas, pero un buen día me propuse dejar atrás mis prejuicios y leer su anterior novela. Pues bien, abandoné, la historia la verdad es que no estaba mal, pero la narración me resultaba tan impostada que sencillamente no podía.
    Besos.

    ResponderEliminar
  17. No he leído nada del autor y por lo que cuentas de este libro, si comienzo no creo que sea con éste. No me llama.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  18. Me apetecía mucho, pero tengo otros titulos del autor en la estantería y les daré prioridad, creo que dosis de luto ya he tenido bastante, y con lamerme mis heridas no necesito ningún acto de intimidad con ningún autor, eso hoy, que mañana como me gusta su estilo igual cambio de idea

    ResponderEliminar
  19. Ufff, pues me quedas en ese si pero no. No lo sé y si sé que no saldré corriendo a comprarla pero si la veo tampoco me resistiré porque a mi me gusta mucho este autor, me llega siempre hondo y me complica la vida cuando lo leo y a veces eso me apetece y otras no. De vez en cuando me gusta lo difícil, lo que se sale y me saca tanto como me gusta en otras ocasiones no agotarme y dejarme llevar.

    Buena reseña!!! Tentadora, jajaja

    ResponderEliminar
  20. Una reseña estupenda, Mara. A mí no me ha resultado tan caótica, al contrario. Cuando un libro nos transmite muchas cosas contradictorias es muy difícil expresarlas en palabras, y a mí me ha quedado cristalino lo que sentiste (y no sentiste) con el libro. Has hecho fácil lo difícil :)

    Hablando de Huerta, no he leído nada de este autor, y eso que tiene fans de los de releer sus novelas una y otra vez. A mí no termina de llamarme, aunque lo mismo un día doy el pistoletazo de salida y me gusta lo que me encuentro... no lo sé, pero no creo que empezase con este.

    ¡Besote!

    ResponderEliminar
  21. No me atraen nada de nada este tipo de novelas así que la dejo pasar. Besos

    ResponderEliminar
  22. Aún no he leído a este autor, y parece que sí tiene algunas historias buenas, tal vez no la que comentas. Pero lo mismo sí leo algo suyo para ver que tal.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  23. Pues a mí tu reseña, caótica o no, me sirve para confirmar lo que ya sospechaba: no soy lectora para este autor. Y me alegro, que hay demasiado libro pendiente por ahí.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  24. Mara, me parece una reflexión genial por parte tuya, y me figuro que este libro va de la reflexión en torno a la pérdida del autor junto con la catarsis de la escritura, no lo sé. Es genial que traigas estos libros al blog que no son del todo recomendaciones pero nos dejas ver cómo es tu reacción genuina. Un saludo. :)

    ResponderEliminar
  25. Qué buena entrada. Este libro me sorprendió muchísimo y la capacidad de metaliteratura del autor es impresionante
    Besos

    ResponderEliminar
  26. Vaya, pues no me planteaba leerlo y ahora has despertado mi curiosidad. Desde luego, tomo nota. Un besote!

    ResponderEliminar
  27. Es un autor con el que no con genio demasiado.
    Un beso ;)

    ResponderEliminar
  28. No me lo llevo. Si a él le ha servido para sacar ese dolor o darle otra dimensión y gestionarlo pues fenomenal pero a mí no me lo tires encima, todo ese dolor que ahora mismo no puedo asumir. Me parece que me cansaría. Muchas veces, las reseñas se parecen al libro que leemos, pero no me ha parecido muy caótica, se entiende bien lo que quieres decir y las emociones que te ha despertado.
    Besos

    ResponderEliminar