Siempre he sido una
enamorada del norte. Supongo que por aquello de que uno siempre ansía lo que no
tiene. La cuestión es que todo lo que tenga que ver con aquellas tierras, desde
su gastronomía a sus paisajes, me seducen sin remedio. Por eso, cuando empecé a
leer las primeras reseñas de “El faro del silencio”, de Ibon Martín, supe que
era una novela que me encantaría. Y así ha sido.
Porque la indiscutible y
absoluta protagonista de “El faro del silencio” no es Leire Antuna, la
escritora al frente de la trama, sino la bellísima población de Pasaia. Es
imposible no sucumbir ante la descripción que Martín hace del lugar, de sus
olores, de sus rincones, de sus gentes. El autor no se limita a lo estético, a
lo superficial, sino que ahonda en el carácter mismo del lugar y sus
habitantes, sus tabernas, sus tiendas y su costa. No te lo cuenta, te sumerge,
te lleva. Tanto que me he hecho el firme propósito de visitar Pasaia y
alrededores en cuanto pueda escaparme. Nada más que añadir al respecto.
El segundo puntal de la novela está en su bien orquestada trama y el buen
ritmo al que ésta se desarrolla. Ibon Martín dosifica la información con buen
pulso y mantiene la incertidumbre hasta el final, moviendo las intrigas de un
personaje a otro, descolocando al lector, que va poniendo los ojos en uno y
otro, cambiando de sospechoso como quien cambia de calcetines. Llegado el
final, uno clama para sí aquello de “ya lo imaginaba…”. Pero lo admites, todos
eran candidatos a ser el malo de la película.
También acierta el autor imprimiendo carácter a sus personajes. A la cabeza
una aceptable protagonista, Leire Antuna, con carácter pero sin excesos (que
nos plantan cada heroína últimamente en la novela negra que ríete tú de Wonder
Woman) y un amplio y afinado elenco de secundarios, con distintas personalidad,
oficios y misterios, que conforman una galería jugosa y con carácter.
Como veis, he disfrutado de mi primer encuentro con Ibon Martín, y como la
suerte está de mi parte, pronto repetiré con él, ya que en unos días
comenzaremos con la lectura conjunta de su novela “La fábrica de las sombras”,
que comparte protagonista con esta que hoy os traigo y que espero, me vuelva a
dejar tan buenas sensaciones.